Reflejo de ti

 

Me miraste sin juzgar,
y en ese instante entendí que
no siempre tenemos que tener todas las respuestas.
A veces basta con ser honestos,
con estar presentes,
con no temer a ser vulnerables.
Me enseñaste a no esconder lo que soy,
a abrazar mis miedos,
mis inseguridades,
y a dejar que lo que está roto
se convierta en la fuerza para seguir adelante.

No necesitas palabras para entenderme,
porque, de alguna manera, tus silencios
dicen más de lo que un millón de palabras podrían expresar.
Y cuando la vida se siente pesada,
sé que solo un paso a tu lado
es suficiente para encontrar el camino
que parece perdido.

Eres un reflejo de mí que aún no conocía,
pero que ahora reconozco en cada uno de mis gestos,
en cada una de mis decisiones,
como si, al mirarte,
estuviera viendo una parte de mí
que siempre estuvo ahí, esperando ser vista.