En el eco de las estrellas...

A veces, cuando el cuerpo se detiene, el alma se despierta.

Es en esos silencios, entre el murmullo del viento y el temblor de las hojas, donde se encuentran las respuestas no dichas.
Como un río que avanza sin prisa,
el tiempo se deshace en la piel,
y en el eco de las estrellas,
se escucha el susurro de nuestros sueños más guardados.

No es que no haya lucha en el camino,
no es que no haya noches largas
donde el cansancio nos abraza con fuerza.
Pero incluso en la quietud,
somos más que nuestro cuerpo.
Somos cada suspiro dado al viento,
y cada paso dado al silencio.
Somos la calma que sigue al caos,
la paz que se encuentra,
aunque a veces no la busquemos.

Así, aunque ahora la sombra te acaricie,
y el dolor se arrime,
en algún rincón de tu ser,
la luz que no ves,
te está esperando...

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