Entre susurros y miradas

Es en tus ojos donde encuentro la calma,

un brillo suave, como la luz que se cuela entre las hojas.
Hay algo en ti que me invita a quedarme,
un refugio sin promesas,
solo la quietud de estar,
y lo que eso significa.

Tu voz, cuando me habla,
es un eco que resuena en mis días grises,
y aunque el mundo se mueva rápido,
en ti todo se detiene,
y el tiempo, al fin, respira.

Hay tanto en ti que nunca me atrevería a explicar,
pero cuando nuestras miradas se cruzan,
es como si el universo hiciera pausa
para que pudiera ver todo lo que hay entre nosotros,
sin prisa, sin palabras.

Me atrae tu calma,
y también tu caos.
Tus gestos sencillos
tienen un peso que solo yo sé reconocer,
como si hubieras llegado justo cuando más te necesitaba
sin saberlo.

No busco nada en concreto,
solo quedarme en este instante,
donde todo lo que siento por ti
se vuelve tan grande,
que casi me ahoga.
Y aun así, quiero más.
Más de tus palabras,
más de tu luz,
más de este rincón secreto que compartimos.

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